lunes, 30 de septiembre de 2013

Me quedo con esa mirada

Volvemos al juego. Apareces de nuevo después de dos meses. Aún así, te respondo. Más tarde soy yo la que te busca. Te encuentro.Nos vemos.

Esta vez las reglas han cambiado, o al menos es lo que yo me creo. Nos sentamos en el césped, hablamos. Nos miramos. De repente, siento la necesidad de besarte. Me lanzo en busca de tus labios, pero por un instante vacilo y me echo atrás.
No hagas algo de lo que luego vayas a arrepentirte, me avisas. Dudo. ¿Estoy realmente segura de estar preparada para el después?. No sé la respuesta, y aún así me pierdo en tu boca.
Ya no hay marcha atrás. Te anhelo. Me ciegas. Te vuelves loco y respondes con ansia a mi llamada.

Me da vuelcos el estómago, apenas puedo respirar. Me embriaga tu aroma, tu aliento me desboca. No puedo parar. Me es imposible pensar. Me quema el deseo.
Tus palabras resuenan en mis oidos. Tus caricias estremecen mi cuerpo, me pierdo entre tus brazos.

Nos tenemos que ir, No quiero volver a la realidad, no quiero que se termine. Pero no puedo ir más allá, no puedo seguirte hasta tu casa, eso no entra dentro del juego. Para eso no estoy preparada, ni creo que llegue a estarlo nunca.

Me cuesta pensar. Por momentos dudo y siento que mis fuerzas flaquean. Voy a sucumbir a la tentación. No..no puede ser. Por fin nos despedimos entre besos y caricias. Me cuesta una barbaridad separarme de ti.

Subes a tu moto. Te sigo desde mi coche. Te paras a mi altura en el semáforo.
Me miras fijamente, sé lo que estás pensando, porque yo siento lo mismo. Hubiese parado el mundo en este momento. Por un instante creo que todo es verdad, pero la realidad es aplastante conforme te alejas.

Llego a casa. Todavía me cuesta razonar y controlar mis pensamientos.
No puedo permitirme estas sensaciones, no contigo.

Vuelves a desaparecer. Sabía que lo harías. Solo hay silencio.
Borro tu teléfono. Debo hacerlo. Intento no mirar atrás, y sólo  me quedo con tu última mirada.