jueves, 24 de marzo de 2011

¿Qué tendrá la música que nos hace bailar y no poder parar?


Hoy no ha parado de llover en todo el día. Odio los días grises, con viento...y sobretodo con lluvia. Detesto tener que llevar el abrigo, el bolso, la carpeta...¡¡el paraguas!! y que me falten manos, por todas partes, para poder llevarlo todo. Y hoy era peor, era todo esto mezclado a un increíble dolor de cabeza.

Pero no hay nada que no cure un gramo de Paracetamol, y una clase de baile.
¿Qué tendrá la música que me hace cambiar el humor? ¿cómo puede afectarnos tanto al carácter y a la actitud?. Ha sido empezar a bailar y olvidarme de todo y llegar, con una sonrisa de oreja a oreja, a casa. Con ganas de comerme el mundo y llena de energía.

Creo que a casi todo el mundo nos pasa. Cuando estamos tristes solemos escuchar canciones de desamor, de pérdida, de tiempos pasados, etc, que aún nos hacen ponernos más tristes.
Cuando sales de marcha, te apetece escuchar música movidita para bailar, reirte y divertirte. Y cuando quieres relajarte, descansar y desconectar, solemos escuchar música clásica o música tranquila.

Parece mentira que algo tan pequeño pueda producir cambios tan grandes. ¿no?

miércoles, 23 de marzo de 2011

Querida amiga...


Eres una persona especial, y única. Te conozco desde que íbamos a primero de BUP y, desde entonces, has estado siempre a mi lado.

Eres una de las personas que más me conoce, y que más sabe de mí. Has vivido cada sonrisa, y también cada lágrima. Has estado en los mejores momentos, y también en los peores.

Cuando te conocí, es cierto, que no me atraía nada la idea de ser amiga tuya. Eras la típica chica solitaria y sin demasiados amigos. Tímida, poco habladora y nada popular. Y no sé de que manera, empezaste a entrar en mi vida y a pasar, cada vez, comenzamos a pasar más tiempo juntas hasta llegar a ser inseparables.

Si pienso en el pasado, estás presente en la mayoría de mis recuerdos. Hemos reído como nadie, y vivido momentos inolvidables, millones de anécdotas, e inseparables momentos. Es cierto, que durante un par de años perdimos el contacto. No llegaste a desaparecer, pero casi nos convertimos en unas extrañas. Tú tomaste tu rumbo, tras la muerte de tu madre, en busca de tu identidad, intentando salvar lo poco que quedaba de tu corazón. Buscaste nuevas expectativas, nuevos amigos y una nueva vida. Yo continué con mi vida, junto a él y separándome de ti sin poner remedio.

La suerte quiso que el destino volviera a unir ,y que poco a poco, volviéramos a ser como uña y carne. Ahora que te he reencontrado no pienso volver a separarme por nada del mundo. Quiero seguir creciendo y viviendo, y poder contarte todo aquello que me preocupa, que me motiva, que me alegra, que me inquieta. Y quiero que tú estés ahí para escucharme, para darme un abrazo, para criticarme y hacer que sea mejor persona. Porque tú eres la persona que mejor me entiende, que me escucha sin juzgar y la que tiene la palabra adecuada en el momento justo.

Eres cabezota, impaciente y, a veces un poco testaruda. Te sueles obcecar en cosas sin sentido, y a veces eres demasiado impulsiva y no encajas nada bien los reproches. Pero a pesar de todo, sé que puedo decirte lo que piento de ti. Sé que puedo respaldarte cuando lo que pretendes es adecuado, y sé que puedo reprocharte si te equivocas.

Eres una de las personas más importantes de mi vida, y sólo espero que estés ahí siempre.

Gracias por ser mi mejor amiga.

jueves, 17 de marzo de 2011

No es tanto lo que pido...creo

¿Por qué a veces es tan difícil expresar que es lo que necesitas? ¿Por qué hay gente que es capaz de ayudarte sin necesidad de que les expliques nada? Simplemente llegan, te escuchan y saben la palabra oportuna para animarte y levantarte.

Y tú...¿tan dificil es entender lo que necesito? ¿no me conoces lo suficiente para saber lo que pido a gritos? ¿no te das cuenta de que si estás tan lejos a quien necesito es a ti?

Sólo necesito un te quiero, nada más ¿tan difícil es?

martes, 15 de marzo de 2011

Encerrada

Hay momentos en la vida en los que, de repente, miras a tu alrededor y te sientes vacía. Te das cuenta que todo lo que te rodea no tiene sentido y no te llena. Lo que realmente necesitas no está. Sientes que caes por un agujero que no tiene fondo, donde todo está oscuro y no hay salida. Te sientes encerrada en una jaula, con barrotes de hierro, y sin poder salir. Te asfixias ahí dentro, no puedes respirar, y no sabes como salir.

Los días de tu vida van pasando, uno detrás de otro, sin ningún sentido. Nada en ellos te penetra, nada te retiene, ni te ilusiona. Eres como una marioneta manejada por otros. Alguien mueve tus hilos, y tú no decides. Vives para los demás, no para ti.

Quieres salir, decidir, vivir...pero no puedes...y los días pasan. Los días de tu vida se van esfumando y no vuelven.