
Hoy no ha parado de llover en todo el día. Odio los días grises, con viento...y sobretodo con lluvia. Detesto tener que llevar el abrigo, el bolso, la carpeta...¡¡el paraguas!! y que me falten manos, por todas partes, para poder llevarlo todo. Y hoy era peor, era todo esto mezclado a un increíble dolor de cabeza.
Pero no hay nada que no cure un gramo de Paracetamol, y una clase de baile.
¿Qué tendrá la música que me hace cambiar el humor? ¿cómo puede afectarnos tanto al carácter y a la actitud?. Ha sido empezar a bailar y olvidarme de todo y llegar, con una sonrisa de oreja a oreja, a casa. Con ganas de comerme el mundo y llena de energía.
Creo que a casi todo el mundo nos pasa. Cuando estamos tristes solemos escuchar canciones de desamor, de pérdida, de tiempos pasados, etc, que aún nos hacen ponernos más tristes.
Cuando sales de marcha, te apetece escuchar música movidita para bailar, reirte y divertirte. Y cuando quieres relajarte, descansar y desconectar, solemos escuchar música clásica o música tranquila.
Parece mentira que algo tan pequeño pueda producir cambios tan grandes. ¿no?